martes, 5 de mayo de 2009

Levantan Vergel en desierto zacatecano


Irma Mejía / El Campirano
VILLA DE COS, Zac.— Aquí, en la puerta del semidesierto, donde hay un cielo cruel y una tierra colorada, era impensable que un grupo de empresarios con el cobijo de invernaderos pudieran convertir a Villa de Cos en una tierra fértil para la producción de hortalizas. En la actualidad, la calidad de los cultivos ha permitido exportar 85% de las cosechas a Estados Unidos.
Todo empezó cuando una empresa desconocida que cultivaba tomate en 15 hectáreas, constató que con el modelo y la infraestructura provenientes de Almería, España, que tiene el mismo tipo de suelos, se triplica la producción de hortalizas.
Hoy, esta empresa de nombre Vicozac, no sólo es un proyecto exitoso, sino que ofrece servicios a otros agricultores que desean instalar invernaderos para el cultivo de tomate rojo, con un rendimiento en promedio de 160 toneladas por hectárea.
Además, se formó la integradora Hortizac con 12 organizaciones en los municipios semiáridos de Villa de Cos, Pánuco, Guadalupe y la capital, que generan empleos, además de pretender fortalecer la comercialización interna y exportar a la Unión Americana.
Proyecto empresarial
Hace siete años, en Villa de Cos, donde no existen ríos e impera un clima semiseco, el entonces presidente municipal panista, Francisco López, convocó a varios habitantes del pueblo para ser parte de este proyecto.
Fueron 30 personas, entre médicos, farmacéuticos, abarroteros, contadores, maestros y gaseros, quienes se arriesgaron, crearon la empresa Vicozac e instalaron los primeros invernaderos en 15 hectáreas. Actualmente, están a punto de poner en operación otras cinco hectáreas.
En 2003 tuvieron una producción de 140 toneladas por hectárea con un ingreso bruto de 10 millones de pesos. Hoy en día, el rendimiento es de 250 toneladas por hectárea.
Alfonso Sifuentes Nava, gerente administrativo de Vicozac, explicó que los socios tuvieron que aprender “a base de descalabros, ya que dos años después del arranque, la producción registró altibajos y el rendimiento se desplomó a 90 toneladas debido a la presencia de plagas.
Difícil inicio
El entrevistado comenta que el inicio fue difícil y se tuvieron que sortear infinidad de obstáculos, como la escasa tecnología, la falta de asesoría técnica, desconfianza de instituciones crediticias y aportación de recursos escasos por parte de los participantes.
Explicó que un grupo de socios viajó a la región de Almería, España, donde constataron que el suelo de Villa de Cos era similar al de allá, pero con el sistema español observaron que se triplicaba la producción.
Dijo que la plantación comienza a finales de enero y la producción en mata se obtiene 75 días después. Terminado ese lapso inicia el corte y se empaca el tomate en cajas de 11 a 14 kilogramos, que tienen una duración de 45 días sin refrigeración.
El gerente administrativo relata que una vez que se convirtieron en pioneros, esta organización optó por elaborar proyectos, dar asesoría técnica e instalación de invernaderos con precios que van de 1.3 millones de pesos, hasta cinco millones, mismos que cuentan con equipos computarizados y digitalizados que mejoran la producción.
Repunta exportación
Desde sus inicios, esta organización logró colocar su producción en Monterrey, México y Guadalajara, pero desde hace dos años exportan 85% de sus cultivos a Hidalgo, Texas, en Estados Unidos.
Sifuentes Nava menciona que su principal comprador en ese país es la empresa Grand Produce, y a pesar de los amagos de cierre de fronteras al tomate mexicano, asegura que han pasado los exámenes bactereológicos de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por si siglas en inglés).
Al contrario, afirma el ejecutivo, desde mayo los pedidos han repuntado y realizan embarques de cuatro y cinco tráileres por semana.

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